Pablo Moñino recibe el IV premio Rafael izquierdo a la solidaridad

El IV premio Rafael izquierdo a la solidaridad se ha entregado a Pablo Moñino Lostalé; el pasado 29 de Noviembre en el colegio de Ingenieros de Caminos, canales y puertos de Madrid. Este ingeniero de caminos madrileño, que desde hace años reside como voluntario y cooperante en la misión de Lobur con la comunidad misionera de San Pablo Apóstol ha sido premiado por su labor con el pueblo Turkana y proyectos de desarrollo que realiza con la Fundación Emalaikat y la MCSPA en Kenia.

 

 

Acto de entrega del premio Rafael Izquierdo a la solidaridad IV Edición

 

EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD

 

  • Este año el galardón lo han recibido ex aequo Pablo Moñino y Amycos como institució
  • Mario Garcés, secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, aseguró que “los ingenieros tienen una vis transformadora que les convierte en humanistas”
  • Juan A. Santamera: “Desde la Fundación Caminos dedicamos todo nuestro esfuerzo a este Premio como expresión máxima del compromiso de nuestra profesión con los más desfavorecidos”

Madrid, 30 de noviembre de 2017.- Tras analizar las ocho candidaturas presentadas, el Jurado del Premio Rafael Izquierdo a la Solidaridad, ha decidido otorgar este galardón, en su cuarta edición, ex aequo a Pablo Moñino y a Amycos, como institución.

 

 

Por un lado, y según recoge el Jurado en su acta,

 

Pablo Moñino

 

es merecedor de esta distinción por su dedicación personal y profesional al pueblo turkano, su actitud cotidiana de servicio, abnegación y entrega”.

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de la promoción de 1999 por la UPM,

tuvo su primer contacto con la realidad del pueblo turkana (Kenia) en 2011;

un año después decidió dejarlo todo y trasladarse de manera permanente en Lobur, Turkana, al norte de Kenia,

lo que implica aceptar las precarias condiciones de vida del lugar,

con un compromiso personal extraordinario para la mejora de las condiciones de vida de las personas con escasos recursos.

 

Durante su intervención, Pablo Moñino agradeció la entrega de este galardón y aseguró que

 

Turkana es uno de esos lugares en el planeta que ha permanecido congelado en el tiempo”.

 

Es allí donde aprendió el verdadero significado de la solidaridad: “Estar con la gente que te necesita, cuando ellos lo necesitan”.

 

 

Moñino afirmó que la educación es un “arma básica” a medio y largo plazo contra la miseria, pero debe ir acompañada de una creación de oportunidades para los futuros jóvenes ya formados.

 

“El fomento de la educación en oficios debe priorizarse frente a otro tipo de estudios más académicos que tienen escasa salida en las zonas rurales”.

Y añadió:

 

“Estoy convencido de que fomentar tecnologías apropiadas, basadas en lo artesanal y lo tradicional pero dotadas de un aire nuevo, que las haga más eficientes aun estando basadas en un empleo de obra masivo y en una inversión mínima de capital, es el camino a seguir”.

 

Explicó que las actividades llevadas a cabo en el país africano durante estos años se han basado “en la experimentación”

–uso de la cal o de la bóveda catalana–,

obteniendo

 

“resultados progresivamente esperanzadores”.

 

El galardonado sentenció que las personas son más relevantes que los ratios o los coeficientes.

 

“Es imprescindible contar con un soporte económico suficiente y estable que sepa posicionarse más lejos de los preceptos de la rentabilidad y más cerca de los de la solidaridad”.

 

Además, es necesario contar con personas con una capacidad real de empuje y dispuestas a asumir retos en primera línea, que les mueva una vocación fuerte y se armen de buenas dosis de paciencia y de perseverancia”. Y concluyó:

 

“Se trata de esa fuerza solidaria que mueve a todo ser humano por dentro”.

 

 

Esta entrega estuvo presidida por el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Mario Garcés, que expresó su gratitud a los premiados por la labor que realizan y puso en valor la figura de Rafael Izquierdo, “un caso típico de compromiso y humanismo”, alabando la capacidad transformadora de los ingenieros.

Y es que la solidaridad es de suma importancia ya que, según señaló el secretario de Estado, “hay mucha gente que lo está pasando mal”.

Sin embargo, se puede contar con “personas maravillosas que tienen una gran capacidad para cambiar la realidad”.

Así, en la actualidad, hay siete millones de voluntario es España:

“Esta es la verdadera Marca España”, sentenció.

 

 

En palabras de Pablo al recoger el premio:

“Turkana es uno de esos lugares en el planeta que ha permanecido congelado en el tiempo hasta fechas muy recientes.

Las duras condiciones de vida que allí se dan fueron el motivo, por el que un grupo de jovencísimos españoles hostigados por el padre Paco Andreo

decidieron hace más de treinta años desplazarse de forma permanente a la zona para llevar a cabo labores de atención sanitaria a la población.

 

Con el paso del tiempo y el mejor conocimiento del lugar, identificaron otras prioridades empezando por el acceso al agua, la nutrición, la educación ó el fomento de actividades complementarias a su decadente estilo de vida: el pastoreo nómada. 

 

Muchos de aquellos jóvenes pioneros acabaron por ordenarse sacerdotes ó consagrarse a la vida misionera, terminando por fundar la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol y Madre María de la Iglesia representada hoy aquí por el P. Andrew Yakulula.

 

El intenso trabajo desarrollado desde entonces ha transformado el territorio y ha difundido los valores cristianos básicos con el máximo respeto por la cultura local. Su constante permanencia en el territorio es su mayor garantía para que las iniciativas llevadas a cabo al objeto de reducir el estrés por la supervivencia tengan posibilidades de éxito reales”.

 

Por su parte, Juan A. Santamera, presidente de la FUNDACIÓN CAMINOS, quiso subrayar la importancia de la solidaridad: “Debe ser un capítulo relevante de nuestras vidas y de nuestros objetivos.

Este premio de la FUNDACIÓN CAMINOS es lo que pretende señalar, habiendo dado el nombre de nuestro compañero Rafael Izquierdo como un homenaje colectivo a su ingente labor solidaria.

Y añadió:

 

“Es verdad que nuestro trabajo y nuestra profesionalidad son nuestra primera credencial y tenemos que ser los primeros portavoces de la trascendencia de las grandes obras realizadas.

 

Pero, al mismo tiempo, si no vemos la realidad que nos circunda, las necesidades, la desigualdad, lo que necesitan los más desfavorecidos, es que estamos ciegos y además condenados a dejar a las generaciones futuras un mundo incompleto, una sociedad carente de sentido”.

Por este motivo, según manifestó el presidente, desde la Fundación Caminos

“dedicamos todo nuestro esfuerzo a este Premio como expresión máxima del compromiso de nuestra profesión con los más desfavorecidos”.

 

Durante el acto de entrega del premio Pablo Moñino:

 

Llegué a Turkana de la mano de mi amigo y también ingeniero el Prof. Claudio Olalla, movido por un afán de hacer una contribución real al bienestar de la Sociedad en la que como todos vosotros disfruto de una posición privilegiada. La realidad de Turkana me atrapó casi al instante por la autenticidad de sus gentes y ello me hizo regresar.

La decisión de quedarme a vivir forma ya parte de una transformación personal en la que sigo inmerso y que traspasa las fronteras de lo racional.” 

 

Pablo llegó a Turkana como voluntario, siendo parte de la cooperación entre la UPM y el desarrollo de infraestructuras hidráulicas en Turkana que desde hace tiempo la comunidad misionera de San Pablo Apóstol MCSPA viene manteniendo con diferentes profesores y alumnos de la UPM, Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid han efectuado viajes a la zona con el objetivo de colaborar, poniendo a disposición un saber que recoge la teoría y la práctica histórica de profesionales en la materia.

 

Fruto de esta colaboración prolongada el segundo premio Rafael Izquierdo a la solidaridad lo recibió Claudio Olalla Marañón, Profesor de la Escuela de Ingenieros de Caminos, de Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid;

un ejemplo de solidaridad y un modelo, tanto en su faceta profesional, como personal.

Lleva colaborando con la Fundación Emalaikat desde el año 2008.

Claudio Olalla Marañón, profesor de Pablo Moñino y quien le acompañó en su primer viaje a Turkana.

Estas fueron las palabras de Pablo a Claudio durante el premio:

Mi primer viaje a Turkana con Claudio Olalla en 2011 tenía como objetivo revisar, catalogar y proponer mejoras en las múltiples infraestructuras de agua (balsas, pozos y presas) que los Misioneros de San Pablo habían construido en los últimos 15 años.

En el viaje de vuelta a España Claudio y yo imaginábamos mejoras que podrían hacerse en las presas existentes y en los futuros diseños de las mismas, no dejando de admirarnos por lo que ese grupo de hombres y mujeres entregados a la solidaridad habían llevado a cabo sin apenas conocimientos ni recursos.”

 

Pablo Moñino ha realizado diferentes proyectos de cooperación en Turkana como ensayos experimentales para construir viviendas en Turkana norte,

realización de un horno de cal para presas,

todo tipo de proyectos relacionados con la mejora de recursos acuíferos en Turkana.

También ha puesto en marcha después de aprender en España sobre cerámica; un taller para el fomento de la cerámica en la misión de Lobur.

 

Ha sido mucho lo aprendido en Turkana según su discurso durante la entrega del premio:

 

Todos los actores implicados en el proceso deben dejar amplia cabida para los fracasos parciales so pena de frustrar sus expectativas y abandonar antes de llegar a la orilla;

y entender que es en el camino recorrido donde reside el verdadero éxito, por lo que con nuestro ejemplo y entrega transmitimos y enseñamos a los que ayudamos, así como por la transformación personal que sufren todos los que se ven envueltos en el proceso.

Este cambio de mentalidad que me enseñaron los misioneros, creo que es fundamental si no se quiere morir en el intento…

Afortunadamente somos muchos los que, desde nuestra situación más ó menos acomodada, nos mueve un deseo genuino de ayudar a salir de la escasez a nuestros semejantes, con medios que antepongan por encima de todo su “dignidad”.

Y esta fuerza poderosa debe ser más que suficiente para superar todos nuestros miedos y desconfianzas y para ponernos cada vez más en Acción”.

 

Enhorabuena Pablo Moñino -Pablo Ekomwa por este premio

 

Muchas gracias poor ayudarnos a ayudar en Turkana

 

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